El valor de las encuestas

Hoy en día las encuestas son una base de información muy importante a nivel nacional e internacional. Gracias a herramientas como el “Eurobarómetro Interactivo” de la Comisión Europea podemos ver cuestiones que se están planteando a los ciudadanos de todos los estados miembros y su respuesta a lo largo del tiempo, lo cual nos ofrece una información invaluable, no sólo para valorar la situación a lo largo del tiempo, sino también analizar hacia dónde vamos.

De la gran variedad de preguntas que se ofrecen, en este análisis voy a trabajar con: “To be nationality European in the future” (Ser nacionalizado europeo en el futuro), ya que es una pregunta que tal y como comentaba anteriormente, no sólo ayuda a ver cómo ha evolucionado esta cuestión en el tiempo sino que ofrece la posibilidad de ver la reacción de los ciudadanos al valorar una situación futura.

En el año 1992, catorce estados valoraron dicha cuestión. Entre el 25 y el 58% de la población consideraron opciones válidas el mantener su nacionalidad actual o en todas caso una nacionalidad dual. Menos del 8% consideró que preferiría ser únicamente europeo.

Hasta el año 1994 este porcentaje se mantuvo con pequeñas variaciones, pero en 1996 los ciudadanos que preferían únicamente su nacionalidad ascendieron hasta el 65%, mientras que los que consideraban una nacionalidad dual disminuyeron hasta el 51%. En cuanto a la consideración de disponer únicamente de la nacionalidad europea, mientras todos los países se mantienen en el mismo porcentaje, Luxemburgo aumentó hasta un 13%, llegando hasta un 20% en 1999, volviendo a reducirse en años posteriores y aumentando de nuevo en 2003 llegando a un 21%.

En 2004, con la entrada de nuevos estados miembros el número de países en las estadísticas lógicamente se incrementa, pero los porcentajes continúan siendo superiores en la preferencia de mantener la propia nacionalidad o una nacionalidad dual, hasta un 45%, que no únicamente la europea, donde nuevamente destaca Luxemburgo por encima de todos los demás países.

En 2005 el porcentaje del primer grupo asciende hasta un 75%, mientras que el procentaje del segundo grupo desciende considerablemente.

Este contraste entre el primer grupo destacado, donde se prefiere una única nacionalidad o la doble nacionalidad, en contraste con el segundo grupo minoritario donde se prefiere únicamente la nacionalidad europea, perdura hasta la fecha actual.

Cabe destacar además, que dentro del primer grupo, entre los que prefieren mantener su propia nacionalidad o combinar ambas, la segunda opción es la que adquiere una pequeña pero importante ventaja sobre la primera opción.

Esto demuestra que la propia nacionalidad va relacionada con la identidad cultural y es algo que los ciudadanos de cada uno de los estados miembros, en su mayoría, no desean perder. No quieren desprenderse de esa parte de su identidad que los une a su historia, sus tradiciones y sus costumbres y que los vinculan con su nación y antepasados.

Por otro lado, también demuestra que la gran mayoría prefieren una nacionalidad dual, como la que tenemos actualmente, donde es compatible mantener la nacionalidad de tu propio país pero a la vez una nacionalidad europea, ya que la identidad que se adquiere con la segunda no tiene relación con la primera. La identidad europea no es una identidad en base a factores culturales, sino que los ciudadanos lo relacionan a un ambito insititucional, político y económico.

Hasta la actualidad la permanencia ha aportado una situación favorable para los países miembros, lo cual ha contribuido ha esa preferencia de identidad dual. En el momento en que la permanencia en la Unión Europa afecte de forma negativa a los estados miembros, será visible como esa preferencia se desvía hacia una mayor preferencia a disponer únicamente de la identidad nacional.

Por otro lado, no sólo la situación en la Unión Europea influye en la identidad de los ciudadanos, sino también la situación en el propio estado.

Es muy interesante ver el barómetro del Reino Unido, que como sabemos ha solicitado recientemente salir de la Unión Europea. Todo y que su preferencia mayoritaria se encuentra en ese primer grupo del que hablábamos, donde la primera opción es mantener la propia nacionalidad y la segunda opción es tener ambas, a lo largo de cada periodo vemos como ambas opciones se van intercalando, en equivalencia con el resto de los países.

En ningún caso, viendo el barómetro, se podría haber deducido que sus ciudadanos deseaban salir de la Unión Europea. Es más, siempre se ha encontrado en la media. A diferencia de Luxemburgo que a lo largo del tiempo ha demostrado que una parte de su población, aunque pequeña, se ha inclinado en su preferencia por tener únicamente la nacionalidad europea, en contraste con el resto de estados miembros.

Por su parte, Malta desde su entrada en 2004 ha demostrado tener un interés preferente en la doble nacionalidad, incluso por encima del resto de estados miembros, llegando en algunos años a superar al resto de países hasta en un 15-20%.

De los datos del barómetro sacamos la conclusión que la identidad de los ciudadanos respecto a su propio estado como a la Unión Europea tiene muchos factores a tener en cuenta. No sólo influye la situación que Europa ofrece a su país, sino también la situación en éste; y que los resultados pueden variar considerablemente de una etapa a otra en el tiempo, todo y que podemos deducir las preferencias generales.

 

#EspañolesDespertad
#Brexit

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